sábado, 4 de julio de 2009

cursilería

Los gatos siempre fueron mis mejores amigos.
Desde chica tuve esa conexión espiritual con aquellos animalitos de tanto carácter y rapidez.
Jugaba todo el tiempo a mirarlos fijamente y ver como reaccionaban, sus patitas se movían y hacían piruetas graciosas.
Desde chica que me gustan los gatos... me acuerdo la primera vez que me encontré uno, mi primera mascota y mi primer amigo, era gris y chiquito. Tenía un collar raro en el cuello, era bastante grueso y de color azul.

Una vez estabámos en el techo de mi antigua casa... mi mamá se hubiera muerto de miedo si me hubiese visto a los 4 años subir al techo, no le gustaba que me arriesgue a hacerme daño. Ahí estaba tan pequeña, ordenando un poco ya que en esa época hacía todas mis actividades en aquel sitio.
Me gustaba tanto ese techo, la idea de la independencia había aparecido bastante temprano.
Mientras ordenaba un poco las cosas me encontré con una valija llena de postales escritas en un idioma que no entendía, no sabía leer, ni podía llegar a arriesgarme a saber qué era lo que estaba escrito.
Me acomodé entre las chapas que había tiradas, pero ante la incomodidad de la suave chapadura decidí entrar en el cuartito, al cual mi mamá me decía más de grande, que un día iba a tirar todas las cosas viejas que ahí estaban... pero nunca lo hacía. Me acuerdo que cuando me portaba mal me decía eso... como si yo tuviera mucho amor por ese lugar pero no me acuerdo bien por qué...

Quizás era por aquel momento en que me encontré a ese gatito, o cuando me di cuenta escapándome a la noche de mi cuarto, que ver el cielo despejado en verano es lo más hermoso que uno tiene en este mundo o porque me hacía acordar de las veces que me escapé de casa y ocultándome hacia preocupar a mi familia sin ningún fin.
A los cuatro años entré en ese lugar que iba a cambiar mi vida luego, y en aquel momento solo jugaba con ese gatito gris que se ponía de panza para que le diera unos mimos... me acuerdo siempre de los momentos que veía el horizonte y soñaba con volar... y mis vecinos que jugaban con autitos, muñecas, y tantos otros juegos.

Me di cuenta en aquel momento, cuando veía las postales, que había muchas cosas por descubrir... Muchos sueños por despertar, y, cada vez que veía una nueva imagen de la valija me daba más ganas de escaparme... con alas... hacia algun lugar donde ser feliz...
De repente empiezo a toser... a toser mucho... me duele la espalda como si un salpullido apareciera... empieza u ndolor intenso y me desmayo.

Cuando despierto me doy cuenta que con mis alas transparentes puedo volar en mí... descubriendo cada lugar y cada hueco, cada vacío, volar quizás muy rápido o muy lento..
y si el viaje se hace muy largo y uno se cansa.. regenerar alas para poder ir todavía más lejos... quizás ese horizonte es mi falta y mi inteción, me pongo a soñar en todos los lugares que quiero conocer en mí... y crezco.

martes, 19 de agosto de 2008

No concluyas en mi, dejate reír y ser
porque aún en las gotas se ven los reflejos.
No termines tu viaje desmedido,
hay pueblos donde hacen crecer sus propios cimientos.
Viví, respira el aire que nos enrosca,
los árboles te esperan ansiosos en las calles adoquinadas de celos,
los mates aguardan el saber de tus ojos callados,
los caminos se bifurcan en mil montañas.

y las oportunidades aún no terminan...

No contemples mi camino,
Ya marcado por leones, ciervos y aves
Aprecio, de verdad, las nubes que te miran al revés,
de tu forma de ser,
no me compadecen, sin embargo.

Alejándote estás,
surcando tu despótico enjambre de abejas,
me siento la miel, mezclándose con la tierra
escapándose de ellas.


Puede ser que un gran pájaro reviva,
y mi cuerpo se rehúse a eso.

viernes, 8 de agosto de 2008


miércoles, 6 de agosto de 2008


Al fin! terminé mi librito de poesias y collage
Este sábado voy a estar leyendo algunas cositas y regalando algunos ejemplares.
Mañana subo el flyer!

sábado, 26 de julio de 2008

momento de reflexión

al ver que casi, por olvidadizas conclusiones y con el poco goce de ser un poco dispersa, me encuentro con la alegría de contarles que encontré mi cuaderno, al principio la pérdida había sido solo un mero "¿Donde estará?" pero luego, al recodar todas las cosas que tenia allí dentro de ese mundo, me encontré con la manía de comenzar una intensa inspección por mi pieza.
Encontré:

apuntes viejos, que los puse en su lugar (algún día me refrescaran la memoria para algo importante)
un papelito de como se dice te amo en ruso (eso es de hace poco)
papeles, papelitos, hojas y hojas
dibujos que había y no se donde los dejé
un boleto de colectivo, bastante viejo (que lo encontré en una librería)
cds, ya un poco rayados de dejarlos sin el plástico (ese transparente para cuidarlo de la intemperie)
Tinta china, tinta china, y más tinta china


PERO NO ENCONTRABA MI CUADERNO!



que hice? bueno... fui a la parte donde tengo mis libros y finjándome allí se encontraba mi cuadernito rojo esperándome feliz de reencontrarme con él.. y bueno che.....
ahora la lista de que encontré buscando entre mis libros!

nono, era broma, dejo algunos escritos que hice últimamente. Pronto voy a estar leyendo algunas cosas en un festival! :)))





Tengo pequeños choques eléctricos
que impulsan mis pasos, sin embargo
caigo, en círculos sin retorno
como en un botella, de esas de vidrio
cuento con las hojas del otoño
me llamarán en algún momento?
o me acompañarán en alguna salida
mientras mis piés presionan el suelo encrespado
Me pregunto si ellas se sienten solas
al caer
las flores gritan cuando las arrancas,
ves, dejalas caer,
es sólo cuestión de tiempo,
para oírlas remorder
la comisura de sus labios
al abrirse.





*












Es acaso el frío
el que brinda con tazas de plástico
el que hace que mis oídos no palpiten
el que hace que se sienta el vacío del sonido







*


nosé cuándo las cosas se detienen
el mundo nos aleja
y las nuevas noticias, son solo viejas costumbres
que desechan mis míseros calambres
la sangre llega tarde
a estos motores ordenadores
y la locura de llegar a tiempo, a tiempo
hace que se enfríen más,

nuestro dos tés.



*

miércoles, 28 de mayo de 2008

un linda dia de alguien desconocido.



Jugaba todo el tiempo a mirarlos fijamente y ver como reaccionaban, sus patitas se movían y hacían piruetas graciosas. Desde chica que me gustan los gatos, me acuerdo la primera vez que me regalaron uno, mi primera mascota y mi primer amigo, era gris y chiquito. Y tenia un collar raro en el cuello, era bastante grueso y de color azul.
Una vez estaba en el techo de mi antigua casa, mas de grande por supùesto, mi mama se hubiera muerto de miedo si veia a su hija de 4 años subir al techo. Estaba ordenando un pooco ya que en esa epoca hacía todas mis actividades ahí, me gustaba tanto ese techo, la idea de la independencia habia aparecido bastante temprano. Mientras ordenaba un poco las cosas encontre una pequeña tarjetita decorada con hilos de colores, la abri y...


fragmento de mi nuevo cuento ( sin corregir )

viernes, 23 de mayo de 2008

niña deja su cuerpo dentro


el corazón es..
(dibujo y tipo propiias C: )

jueves, 22 de mayo de 2008

ojos

martes, 20 de mayo de 2008

intervine una poesía mía
Crucé la calle y me caí,
me partí en dos.
Nuestros cuerpos,
cambiaron de matices
y no se porque
el mundo cambió de aroma, de luces, ruidos, movimientos.
Las calles se pusieron entonces más hermosas y el sol parece que me acariciara
con su calor.
Parece que tropecé despacio, para no lastimarme
y no pude evitar,
que nos derribara la manía,
de vivir adelante, por el delante y por el después.
y no pudimos evitar,
no amarnos
para entonces morir.
no pudimos evitar
caernos al suelo,
cambiar la dirección y la altura,
y que te tropieces de nuevo,
parece que te hubieras roto la nariz.




hoy te creo a medias
y no hablo de creer
sino de mirarte y construirte
con unos pocos movimientos
y unas pocas palabras

hoy, se borra mi sombra
y es esa que ataca en la noche
cuando el frio recorre los cuerpos
so
li
ta
rios.

*


viernes, 21 de marzo de 2008


Me gustaría que el corazón fuera un paquete lleno de caramelos,
un paquete sin fondo, con sus paredes recubiertas de miel y azúcar.
Así podría guardar cada dulzura que me regalan.

Y que, conversando con otros corazones estos caramelos nunca se acabasen, que siempre tengan esas inocentes sensaciones.
Y que los latidos del corazón, se sumasen a los pasos del cuerpo, de los pies.
Así este paquete se movería y los caramelos se reirían, cómplices de estos murmullos.

miércoles, 19 de marzo de 2008

De seguro fue así cuando Alicia se miró por primera vez en el espejo, su repliego encandilado. Sus reflejos, de hecho, buscaban atropella- damente los vestigios de sus pisadas. Persiguiéndola estaban ellos.

Me reflejo en los demás a veces. Y veces ellos reflejan un poco de mí. Me veo como alguien más, como alguien que quiere buscarse y no se encuentra, me despejo.
Soy alguien más, no me convenzo de otra cosa más que de eso, lo sé.
En un mundo tan grande y pequeño como éste, se dificultan los pasos sin desmayarse vaporosamente, y desvanecerse.

No permitir morderse por los insectos, es una disputa diaria que vicia la forma propia.

Y aquél espejo que me muestra más de lo que debería querer, me detiene y me debe más de lo que debería poseer.

y más de lo que.


Soy alguien
más que busca.




Insectos
del espejo

jueves, 28 de febrero de 2008

Te caíste ( II )

Deseó tanto mi razón y, cuando halló una forma más de alcanzarla me dejó en los desechos de la muerte, agonizando sobre mís ríos de tristeza. Y él trataba de rescatar recuerdos.
Logré ver que, mi carne podía más que la suya, solo quiso salvarse gracias a mí. Y, ahí estaba, comentándole a los buitres sobre sus aventuras desquiciadas, alimentando de grises los rumores que destilaba su piel.
Corría por alguien que no estaba, que no perecía pero que tampoco merecía su amor.

Corría por algo que no existía ni existiría, porque eso se había derribado hace tiempo.
Y el tiempo se había acabado mucho antes de que él se diera cuenta. Donde sus suspiros abordaban, su amor lejano se terminaba.
Sangrando sobre una herida estaba, sofocando mis propios humos. Utilizando mi cerebro de la mejor manera posible para no verlo más caer, para que estuviera a mi lado. Maneras ya vacías de este sentimiento también vacío, ya harto de tristezas suyas, tan mías. Cayendo con él estaba, atada a decisiones inconclusas, hechas de humos negros prisioneros.
Había decidido no caer más junto a él, caer sola y sobrevivir sola, porque esa es la mejor manera de quererse. Devastada me hallaba en aquel piso donde lo ví caer por última vez.


martes, 19 de febrero de 2008

Te caíste

Él golpea fuertemente sus hombros,
descabezados de levantar decepciones,
valientes e ignorantes.
Llevan al mismo a decaerse suavemente,
fermentándose en sí mísmo,
sin ninguna razón para correr.

Va, golpeando su organismo lleno de de sombras inconclusas
que nunca le dieron un despiadado infinito.
Levanta sus ojos hacia el abismo que lo llevó,
a caer,
en sus brazos inciertos de decisiones
y de ambiciones.

El se cayó, recorrió la tierra de manera salvaje,
se fió de reflejarse en ella,
y como si fuese una pesadilla de aquellas
se hundió, despedazó sus brazos al querer alzarse
Y continuar.

Desgajó sus deseos de nada
Provocó que sus extremidades se quejaran de sí mismas
Enajenándose.

martes, 12 de febrero de 2008

taza vuelca

Derramo vientres acusados de tanta afonía,
corren por tu cuerpo agua coloreada de mares.
Ponen en algún sitio mi fiel morfa obediencia,
bebiendo costales de tus atroces devociones.

Salto los costados de este sendero,
cruel linde de tu cuerpo agazapado.
Perdiendo los encuentros de mi mente,
En ese camino lluvioso y desértico.

martes, 5 de febrero de 2008

Los extraños tés de las mariposas (II)

A las mariposas le duelen la panza, sus cabecitas.
Están tan tristes,
Tanto.
Les cuesta volar,
y cuando se ilusionan,
Alguien las golpea fuerte contra su frente.
(y quien sabe, sean ellas mismas)
Y sus ojitos y su carita, se ponen mal, porque piensan en volar y no pueden.
Algunas mariposas no vuelven a volar,
El dolor fue demasiado fuerte para sobrevivir
Otras se curan de a poco y renacen de vuelta
Esperando alguien que las acaricie, despacito
Como ellas siempre quisieron, y no tuvieron.


domingo, 3 de febrero de 2008

Los extraños tés de mariposas

Despacito, camino, con mis mariposas. Revoloteando están. Muy fuerte. Muy fuerte. Y a veces se transforman en polillas que duelen y no terminan.
Se mutan por indecisiones. Indecisiones que llevan a las mariposas a desprender colores. Y si no me veo así es porque lo oculto. Un poco.
Las polillas no paran, no paran. Hasta que. Uno sabrá que hay que hacer, y es ahí cuando las mariposas cesarán y dejaran de refunfuñar, revoloteando sus alas desesperadamente. Tranquilizándose. Viviendo en armonía conmigo.

























dedicada para mi estómago

sábado, 26 de enero de 2008

Un pincel dibuja los pasos

Un pincel dibuja los pasos,
que desfilan de a ratos.
El pincel dibujar puede,
un camino sobre las paredes.

Un pincel enorme y redondo
me despierta entre sueños,
apresuro mis piés,
y puedo,
brillar del revés.

Destellos de luz aparecen,
en los colores de mi mente.
Apresuro tus piés,
y veo,
la senda de
los gigantes.

martes, 15 de enero de 2008

Ensueño en un pañuelo

Sobrecaía sobre un faro, un pañuelo de color azul. Era aquel que podías darlo vuelta y se encontraba una trama de sorpresas.
La persona que entonces lo alcanzaría sería Delia Devré, una mujer de mediana edad que acostumbraba el parque por la tarde y tomar un té viendo el pequeño lago.
Delia tenía desde ese momento una afinidad por los pañuelos, cada vez que veía uno se deslumbraba y asomaba su pequeña nariz para ver si tendrían perfume.
Los pañuelos que Delia coleccionaba, si es la palabra correcta, eran pequeños y livianos, los encontraba cada vez que iba al parque, en el mismo farol que pronto levantaba sus luces.
Al llegar a su casa, Delia examinaba el pañuelo y, en el caso de que tuviera perfume, lo colgaba en la antigua ventana y dejaba que el aire rociara con aroma a cítricos su hogar.
Por la noche, acostumbraba a usar un pañuelo como mantel (ella vivía sola, no necesitaba algo muy grande). Luego lo doblaba ordenadamente y lo guardaba en su armario, especial para su tesoro.
Una mañana, Delia cocinaba su almuerzo cuando escuchó que golpeaban la puerta. Era raro que por la mañana alguien fuera, no recibía muchas visitas. Tanto era su ansiedad que no encontraba las llaves, y del otro lado seguían golpeando.
Cuando al fin pudo abrir la puerta se encontró con un pañuelo. Qué casualidad la suya, el mundo se le estaba haciendo un pañuelo de tanto coleccionarlos.
Lo que Delia no sabía era que a las 5 de la tarde, Juan, una persona de mediana edad, paseaba a su perro por el parque. Él era un poco despistado y al salir colocaba su pañuelo a medias y el viento siempre se lo llevaba. Claro está que no tenía una mujer que le llamara la atención por ello.
Juan era un poco distraído en esas cosas. Le ansiaba tanto ver el paisaje que no pensaba mucho en lo que se ponía. Indistintamente siempre salía coqueto, sus ojos celestes no eran más que dos mundos latentes esperando que alguien lo descubriera.
Delia no conocía a Juan, pero él la había conocido la tarde anterior. Era como si las flores, los árboles y hasta el lago del parque se hubiesen desprendido del suelo para solo quedar Delia en escena, esa mujer que tomaba té a la orilla del lago acompañada por un mantel rojo y blanco cuadrillé.
Juan la observaba en el momento exacto de tomar un sorbo. Se sintió tan lleno de felicidad que una sonrisa surgía en su corazón. En el momento que su perro lo tironeaba, y su utopía se desprendía de repente.
Juan se había enamorado. Por primera vez.
Al día siguiente, él no tenía más remedio que pensar como conquistarla, temprano por la mañana salía a comprar unas flores, llenas de color y primavera.
Ahí se marchaba otra vez, su pañuelo azul con perfume….
Lo que no sabía era que cuando volviese por ese mismo camino se daría cuenta finalmente que perdía su pañuelo porque no lo ajustaba bien a su bolsillo. En ese momento se detuvo en frente de una casa muy aseñorada, de color verde.
Vio entonces a una joven pasar a su casa cuando se le ocurrió que ella podría haber visto su pañuelo en el camino. Le gritó, tímidamente, pues no le gustaba que los vecinos lo miraran mal por alguna actitud tonta.
La joven con suerte se dio vuelta para atenderlo. Y con qué más suerte que ella tenía su pañuelo. Pues la casualidades no existen, la mujer era la preciosa joven que había visto en el parque, que había hecho que su mundo flotara de por sí en un segundo.
Delia tenía su pañuelo. Juan tenía un ramo de flores. Delia atendió al muchacho. El muchacho le agradeció que tomara su pañuelo. Delia le dijo de nada. Juan tenía un ramo de flores. Delia miró sus ojos celestes. Juan se cuestionaba si era el momento para regalar flores. Delia miraba el ramo de flores. Juan dudaba. Delia le quería decir que tenía todos sus pañuelos, guardados meticulosamente. Juan le quería decir que estaba enamorado. Delia se estaba enamorando. Juan le dijo muchas gracias. Y se fue.













Delia no volvió más al parque, los pañuelos ya no se perderían.
Juan no volvió más al parque, no se animaba a conquistarla,
Tuvo miedo de que su mundo cambiara.
Tiró las flores.
En un placard.
Hasta que,
se marchitaran.

lunes, 7 de enero de 2008

cajones para desayunar


abriendo los cajones
me encontre un flor
era de años anteriores
nuestro amor estaba mejor.

cirzando nuevas telas
de este cajon.
espero poder saborear
los tés, de mejor manera

cuando perdura un flor,
mueren los olvidos.
y lo que cose tu boca
esta en tu recuerdo.

las llaves guradadas
en el ropero aquel.
silabas zigzagueantes
vuelan en mi cabeza.

domingo, 6 de enero de 2008

cortaste las flores del jardín
cerraste la puerta con llave,
y me dejaste adentro.











voy a necesitar mucho papel para desahogarme

viernes, 4 de enero de 2008

Cosiendo los hilos del té,
mojar los recuerdos no es difícil.
En un instante más creeré,
que el sol me quita la soledad hostil.
y aveces duele
y aveces duele
y aveces duele
no ser la perfecta mujer.

martes, 25 de diciembre de 2007


Si hallaste una forma más
de situar el mantel en la mesa.
Si buscaste una forma más,
de volver atrás.
Puede ser que tomes entonces
las toallas del baño mojadas.
Puede ser que, secándote
tu brillo peculiar, camine a lo lejos
te estaré esperando, escondida
en la copa de ese árbol,
Abajo de las lianas
detrás de los espejos.

sábado, 22 de diciembre de 2007


manchas de té en los libros, donde se hallaban tus recuerdos

me comeré las hojas de tus libros
voy a devorar, palabras inhumanas.
te veré, detrás de la tapa,
en el final de los libros

los pedestales se hacen más pesados
los libros son más sabrosos.
voy a devorar, silencios reunidos.
mis pies te verán correr,
detrás de los míos.

repentina sensación de crueldad,
siento un dolor acá, en el pecho.
las hojas no son tan gustosas,
como solían
serlo
.

apretaré estas páginas, tan mías,
que no saben nada de la vida.

jueves, 20 de diciembre de 2007


Ansiedad

Un sentimiento de angustia y dolor
repetido y mezclado con visiones.
El doctor me recetó entonces,
amor, mucho amor.
Pero creo que a más amor, mas ansiedad.
Porque este sentimiento no se termina,
hasta no ver ese brillo dulce.

Caminante del sol y la luna
Viajera permanente en giros
.
Desisto de no amar, no querer,
desisto de dormir, y no dar vueltas.
Desisto,
desisto de todo
desisto
desisto
desisto.

Los dibujos en el papel me parecen tontos,
a veces no muestran lo que siento,
con tantos colores y sonrisas.
Ansiedad es lo que siento,
un dolor en mi pecho.
y los dibujos no reflejan eso.

las noches, son reflejos.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

péndulo.

Claro como el día que te ví
Rebozaste mi mente en un segundo.
Estabas al pasar, yo parpadeando.

Creo que resistí, el momento exacto.
Al principio, después de todo,
no era fácil para mí.

El péndulo me miraba, distante
estaba colgado encima mío
y todo giraba lentamente

Las agujas se movían de a poco,
reposaban sobre la madera,
estábamos sentados en la mesa,
tomando frutos del paraíso.


El péndulo se movía,
estaba descalza.
Tocabas el piano y yo bailaba,
era música de mariposas y alas.

Redescubrirte,
sobre el péndulo agonizante,
de mi mente -.-.-.

martes, 18 de diciembre de 2007

Té de introspectiva

Las peras maduran,
Pero no perduran.
Las hojas permanecen
En un bello amanecer.
Mis ojos
maduran
La tierra se prepara.
Los pájaros encarecen
Y mis pies permanecen,
.intactos,
maduros
.enteros.

lunes, 17 de diciembre de 2007

espiar esperar

Espiando a ver si llegabas, despegué del piso (fuí corriendo) pensando que estabas al teléfono. Era una encuesta telefónica que me quería atormentar con sus preguntas de la civilización. Corte el teléfono y regresé.
Espiaba entre las macetas rojas de tierra, era la mejor protección.


De repente sentí un golpe, las pupilas dilataron,
pero luego regresé a mí. No tenías ni coche ni bici,
tenías pies para venir.
Espiando vi a mucha gente, sola y en grupo. Se

reían y se abrazaban tal como yo te quería abrazar.
El sol estaba quemando, decidí esconderme aún más.
Quede acostada completamente, sintiendo
calor y frío. Las pupilas volvieron a dilatarse,
volvieron a cerrarse
.

Soñé entonces con las plantas, soñé que estaba entre
ellas y vos estabas en la copa más alta, yo abajo espe-
rándote, escondida.


-y escondiéndome me quede esperando. esperándote.-


Al siguiente día amaneció, mi cuello era inmóvil y las
piernas también. Para desayunar, un té era la mejor opción.
amanecí y, un día mas, fuiste mi mejor opción.


.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

te espero a las 5

te espero a las 5

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Tengo miedo,

recostada, apausada
necesito liberarme un poco {un segundo} y las frazadas no me abrigan.
Los peces corren frigorosos {en la Antártida son gusanos}, nadan
despacio y rápido.
Una vez más el viento se llevó algo mas de mí, las estrellas no ayudaron.
La puerta se abrió, se secó nuestra cama,
Dejame pendulando, sobre esta mesa de un pie.
Las serpientes me persiguen. Tengo miedo a veces, no me dejes, abrazame.

martes, 11 de diciembre de 2007

Dos tés

La puerta se escucha golpear,
mirar hacia atrás es invocar tu vigencia.
El campo crece sobre el horizonte
apoyo mis pies sobre alguna cerca.
Está atardeciendo y es invierno.
El cielo se torna violáceo, se va durmiendo.
Pequeños puntitos sobre en el aire sublunar, blancos parpadeantes.
Los oculto con mis pies, mis dedos al moverse.


La mesa esta fría. Las sillas también.
A través del telón miro lo que fue,
puede ser que, alguna vez,
éstos dos tés estén llenos.
Oscurecés con tintes azules,
mi dedos crujen,
mi cuerpo se enfría,
la noche me sacude.


lunes, 10 de diciembre de 2007

té dulce de recuerdos



Los pies se inclinaban sobre el pasto verde
{fluorecencia}
se pintaba las uñas sobre el mantel roto
{había cientos de migajas}
rojo, lo que producia su encanto.
verde, el sabor al tocar el pasto.
una foto, tirada sobre el mantel.
migajas, de una merienda compartida.
rojo, eran los labios
verde, el sabor de su cuarto.