lunes, 17 de diciembre de 2007

espiar esperar

Espiando a ver si llegabas, despegué del piso (fuí corriendo) pensando que estabas al teléfono. Era una encuesta telefónica que me quería atormentar con sus preguntas de la civilización. Corte el teléfono y regresé.
Espiaba entre las macetas rojas de tierra, era la mejor protección.


De repente sentí un golpe, las pupilas dilataron,
pero luego regresé a mí. No tenías ni coche ni bici,
tenías pies para venir.
Espiando vi a mucha gente, sola y en grupo. Se

reían y se abrazaban tal como yo te quería abrazar.
El sol estaba quemando, decidí esconderme aún más.
Quede acostada completamente, sintiendo
calor y frío. Las pupilas volvieron a dilatarse,
volvieron a cerrarse
.

Soñé entonces con las plantas, soñé que estaba entre
ellas y vos estabas en la copa más alta, yo abajo espe-
rándote, escondida.


-y escondiéndome me quede esperando. esperándote.-


Al siguiente día amaneció, mi cuello era inmóvil y las
piernas también. Para desayunar, un té era la mejor opción.
amanecí y, un día mas, fuiste mi mejor opción.


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